Un fantástico sedán compacto y turbo

Nuestro protagonista nipon: Mazda3 Sedán Signature –el nombre oficial de este turbo– al fin tiene una versión turbo que, aunque no persigue el espíritu racing, no puede evitar querer encajar con el concepto de lujo al que Mazda nos ha acostumbrado.

El diseño en general es cofre largo y bajos, pero con rasgos afilados al frente, sus costados limpios destacan lo suficiente para poder apreciar su trasera con doble salida de escape y sus singulares calaveras en forma de turbina.

Aunque su interior no tiene un xtreme makeover si podemos decir que hay uso de cuero al por mayor, el encontrarlo en las puertas, tablero y en la consola central. Sus superficies son suaves al tacto y al presionarlos.

Pero como siempre, uno de los aspectos sólidos en el auto nipon, es el equipamiento: llave inteligente, quemacocos, faros de LED dirigibles, sensor de lluvia, infotenimiento con pantalla de 8”, asiento del conductor con ajuste eléctrico, espejo retrovisor electrocrómico, freno de estacionamiento eléctrico y solo por esta versión, un exclusivo espejo lateral izquierdo electrocrómico.

Cuenta con un motor turbo de 2.5 litros y va asociado a una transmisión automática de seis velocidades y a un sistema de tracción integra por lo que no tiene turbolag. Esto lo convierte en un cómodo sedán rápido, que le toma solo 6.1 segundos llegar a 100 km/h.

Aunque algunos de sus competidores son más de carácter deportivo, el Mazda3 Sedán Signature es un gran rival.

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